jueves, 20 de febrero de 2014

Trópico de Capricornio


(Líneas que indican el paso del Trópico de Capricornio. Belén, Concepción. Foto: Natalia Santos).


El hito metálico sobre una elevación pintada de ocre.
-Allá está.
-Vamos a bajar.
No era monumental, ni rojo, ni triangular
(no sé porqué pensé que sería así "monumental, rojo y triangular").
Hice fotos de esa esfera recortada sobre el gris de un enero lluvioso. Un gris de enero, húmedo, mojado y silencioso (a pesar de que yo hablaba sin parar, sin pensar y sin esperar).
Estaba allí, en el lugar concreto.
El Trópico de Capricornio.
Entonces, dejaba de ser unas líneas en el mapamundi o un eco del Henry Miller que yo releía en "Plexus"; y se convertía en algo nuevo para mí.
Estaban mamá, Vivi y Constanza, sentadas las tres a la sombra del hito geográfico que yo consideraba el génesis de nuestra historia: Belén, Concepción "La tierra del Trópico".
El Trópico de Capricornio. El Trópico de Capricornio. El Trópico de Capricornio.
Y yo las miraba a las tres, como si estuviera afuera, como si yo no fuera parte.
Yo -la que todo registraba, la que se reía de cualquier cosa con Mauri- me descubrí afuera.
Yo/Ella...
 ¿Qué había de ese lugar en mí?
¿Cuánto del calor del Trópico de Capricornio vivía en mi estómago o en mi cabeza?
¿Qué había en mi sangre aún nadando, aún pulsando, aún gritando desde allí?
Sentadas las tres a la sombra del Génesis, bajo un árbol de Belén, Concepción.
La Tierra del Trópico.
Tomé la foto. La madre, la hermana, la sobrina. La abuela, la madre, la nieta. La hija/madre/abuela, la hija/hermana/madre, la hija/nieta/sobrina. La hija, la hija, la hija.
Las hijas del Trópico de Capricornio.
Me excluí. Miré las coordenadas.
Fui hasta el asfalto y volví a ponerme detrás del teléfono/cámara.
Era la ruta. Íbamos a Belén. Yo seguía una estrella lejana, hacia el Trópico de Capricornio.
Una ruta hacia un Adiós (nunca hacia un encuentro, siempre hacia un Adiós).
La ruta de mi Adiós, la ruta de líneas amarillas que indicaban el paso del Trópico.
La ruta de mi Adiós. Un adiós en el Trópico de Capricornio.


"No tengo muchas verdades,
prefiero no dar consejos. (BIS)

Cada cual por su camino,
igual va a aprender de viejo. (BIS)" (FRONTERA / JORGE DREXLER)


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